Crónicas de un cajero. Parte 1.


El siguiente contenido, es una serie literaria de cómica absurda, con ciertas actividades reales, cabe destacar que su único fin es el de entretener, sin agredir a ningún tipo de personas,
sin más por el momento, gracias.

Crónica de un cajero. (parte 1).

Era un día sorpresivo en mi vida, pues obtuve un trabajo que en absoluto me imaginaba que sucesos tan emocionantes sucederían en ese, es decir, por una parte el ser un humano y el otro un trabajador con restricciones. Casos que a diario aterrizaban en compañeros y mi persona, esto es la crónica de un cajero.

1 de septiembre del 2017.

Hay que bien, hoy es mi primer día de trabajo- Suspirando y emocionado me decía a mi persona, sin notar que atrás de mi, un compañero sufría de abuso por parte de un consumidor-.
Los hechos remontaban que el mismo Consumidor horas atrás cambio ciertas etiquetas, su hijo Bryan le decía: Pero Mamá eso esta mal,- a lo que ella contesto- No es así, si ellos nos roban, si el gobierno roba, con que yo lo haga no se va acabar el mundo, además recuerda esta frase hijo: “El cliente siempre tiene la razón”.

Llegando a la caja, el cajero le comenta a la clienta,- Esta etiqueta no corresponde a la prenda, por ende el precio no es este-. El niño soltándose a lágrimas y ella muy enfada comento- Ha, yo no sé cómo le van hacer pero a mí me respetan el precio, o si no les voy a echar a PROFECO, ya sabes cajerito de quinta, “El cliente siempre tiene la razón”, el compañero optando el mismo pensamiento que su humilde servidor anexo- No es cierto, el cliente no siempre tiene la razón, y este es un claro ejemplo, siempre pasamos la etiqueta de adentro por ocasiones como esta, a veces cambian las etiquetas- La clienta enfurecida tomo el separador, y le dijo- ¿Estás diciendo que yo hice semejante grosería, mocoso inverde?-Claro que no señora, no se lo digo a usted- .

¡Agáchate!-gritaba la ciudadana- ¡Agáchate!!, y le solto unos buenos varejonazos, que santo Cristo, no no no no, una cosa absurda, pobre cajero, desde ese día no volvió a sus labores, cuentan personas llegadas a el, que sufrió de traumas psicológicos, por semejante momento vergonzoso en que se miro sometido. Sin embargo a la clienta no se le respeto el precio, pues las cámaras tomaron captura del momento donde ocurrió ciertos siniestros, lo demás me veo en la penosa incertidumbre de narrarles lo que sucedió.

 la pregunta de este caso es: ¿Usted como observa el comportamiento de dicho cliente?, ¿Siempre tienen la razón?.
si usted tiene una historia semejante mandela a: sawluis@gmail.com

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